El cabello tiene más valoraciones que la importancia estética.
Una alimentación deficitaria lo afecta, se hace más quebradizo, más fino y aumenta su caída. Los tóxicos se almacenan en él y pueden detectarse tras un examen de laboratorio.
Algunas alteraciones endocrinas se acompañan de debilidad o caída del cabello. Esto también sucede en algunos procesos infecciosos y es un efecto secundario de algunos fármacos.
El estrés y la ansiedad mantenida también lo dañan.
A esto podemos sumar alteraciones en cuello y espalda que afectan al cuero cabelludo, mantenimiento su caída en exceso.
Podríamos decir que la alopecia no es una entidad aislada, es síntoma de un proceso lesivo, más o menos evidente, que está afectando a nuestra salud.
La alopecia y la pérdida de densidad capilar son en muchas ocasiones la punta del iceberg. Nos avisan de que algo no está bien, por eso es importante detectar la causa y actuar sobre ella lo antes posible.
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